
No siempre es así, ya que por ejemplo hasta hace poco estaba haciendo un proyecto de investigación y requería tiempo y reuniones. Pero eso lo veo como un problema también, o al menos en parte, ya que dependo al 100% del resto (que a su vez, por regla general, está metido en su mundo particular) para poder hacer más pasable el día, o como mínimo tener la oportunidad de engañarme.
Adoro correr por senderos y morir sobre la bicicleta subiendo por el monte que tengo relativamente cerca, pero ya ni eso ayuda. Otra cosa que era parte de mí, lo que denomino “pajas mentales” (cosas sobre las cuáles pienso, leo, discuto siempre que puedo…) están en busca y captura. Es decir, dos de las cosas más importantes han perdido protagonismo, y por mucho que intento desarrollarlas ya no disfruto con ellas.
En conclusión, mis días en este estado, se limitan a dejar pasar las horas… Hoy sin ir más lejos. Subí parte de ese monte que dije que está relativamente cerca de casa, y de resto no he logrado sino empezar este blog, porque se me ocurrió por un casual. Y lo empecé por decir algo, ya que se trata de uno de los mayores bodrios que se puedan echar a la cara. Pero en fin, al menos me paro a escribir algo. Lástima que no existe una guía práctica de los pasos a seguir para salir de esto.
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