sábado, 14 de mayo de 2011

Sensaciones en un día estándar.


   Al sonar el despertador cada mañana me pregunto para qué levantarse, y a continuación me paso un par de horas dando vueltas y hundiéndome un poco más en la depresión (lo cual me lo puedo permitir dado que solo tengo universidad por las tardes y ahora no hago nada más). Seguramente la psicóloga me dirá que tengo que evitar eso… Obvio le digo yo, como siempre. Me levanto tras las dos horas (es la media que calculo ahora mentalmente que tardo en levantarme), y  a la noche me acuesto sin sentir que haya pasado nada interesante.
   No siempre es así, ya que por ejemplo hasta hace poco estaba haciendo un proyecto de investigación y requería tiempo y reuniones. Pero eso lo veo como un problema también, o al menos en parte, ya que dependo al 100% del resto (que a su vez, por regla general, está metido en su mundo particular) para poder hacer más pasable el día, o como mínimo tener la oportunidad de engañarme.
   Adoro correr por senderos y morir sobre la bicicleta subiendo por el monte que tengo relativamente cerca, pero ya ni eso ayuda. Otra cosa que era parte de mí, lo que denomino “pajas mentales” (cosas sobre las cuáles pienso, leo, discuto siempre que puedo…) están en busca y captura. Es decir, dos de las cosas más importantes han perdido protagonismo, y por mucho que intento desarrollarlas ya no disfruto con ellas.
   En conclusión, mis días en este estado, se limitan a dejar pasar las horas… Hoy sin ir más lejos. Subí  parte de ese monte que dije que está relativamente cerca de casa, y de resto no he logrado sino empezar este blog, porque se me ocurrió por un casual. Y lo empecé por decir algo, ya que se trata de uno de los mayores bodrios que se puedan echar a la cara. Pero en fin, al menos me paro a escribir algo. Lástima que no existe una guía práctica de los pasos a seguir para salir de esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario